Cierra los ojos. Deja la mente en blanco. Inspira hondo, expira despacio. Inspira hondo, expira despacio. Lo estoy consiguiendo. Estoy dominando mi miedo a volar. Mi coach estaría orgullosa de mí. Antes ni siquiera podía pensar en subir a un avión sin sentir un pánico incontrolable. Ahora soy capaz de mantener la calma y la serenidad en pleno vuelo, aunque el resto del pasaje esté gritando de terror.
Buen giro final. Morir tranquilo es importante también jeje. Me gustó tu regreso.
ResponderEliminarMuchas gracias, como siempre, por leerme y por tus comentarios. Espero mantener a partir de ahora la regularidad en la publicación. Un abrazo.
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