Con gesto crispado, aquella cariátide sostuvo el peso de la fachada durante años, décadas, siglos. Cuando una fría mañana cedió y se derrumbó, el perito no tuvo dudas sobre la causa: fatiga. Nunca un informe técnico fue tan exacto.
(Imagen: Salamanca; junio de 2011)
Mi felicitación para quien adivine en qué rincón de Salamanca se ha tomado esta foto.
ResponderEliminarJa ja ja, no me extraña, el pobre tenía el cuello ya doblado
ResponderEliminarInteresante lo que leo, me doy una vueltita con tu permiso
A veces las explicaciones más simples son las más certeras. Buscaré el rincón.
ResponderEliminar@Anita Dinamita: Y sin permiso, ven cuando quieras.
ResponderEliminar@Cybrghost: Te doy una pista; está en la zona de la calle Toro.